Cuenta la leyenda, que hace muchos kilómetros de años existió un continente llamado Mu, ubicado cerca de lo que hoy es Nueva Zelanda. Sus habitantes eran seres muy evolucionados espiritualmente hablando, pero fueron presa del orgullo. Cuando este se apoderó de una gran parte de la población, el continente se hundió, ocasionando que las aguas del mar quedaran muy agitadas y tempestuosas. Al ver esto, dos seres espirituales llamados Paz y Aloha se compadecieron y descendieron al planeta Tierra. Se instalaron en las islas de Hawái y desde ahí irradiaron la tremenda fuerza de la paz, tranquilizando las aguas. El Océano Pacífico lleva ese nombre en honor a estos grandes seres. Los hawaianos emplean el nombre de la bella Aloha para decir hola, adiós, amor y muchas cosas más.